jueves, 1 de abril de 2021

Soluciones a Problemas (el orden altera el producto)

 




...Y no al revés

La tarea de un ingeniero es simple en teoría y puede resultar desde simple hasta compleja en ejecución. La tarea de un ingeniero, en mínimas palabras, es encontrar la herramienta, y si es necesario crearla, para la solución de un problema. Solución de problema también puede entenderse cómo mejorarlo. Por ejemplo un proceso de carga de un material puede estar resuelto cómo problema: el material está en A y se logra cargar en B, pero tal vez eso consume mucho de algo: tiempo, energía, recursos, etc. Entonces ahí viene nuestro héroe de la hora y aplica su conocimiento, su sabiduría y reduce ese gasto aplicando una herramienta. Había un problema, se aplica una solución.

En la actualidad me topo casi todos los días con gente que tiene una herramienta en la mano y quiere solucionar un problema que no tiene. Es el equivalente a comprarse un martillo en la ferretería para luego ir a la casa de uno a cocinar con el martillo, limpiar con el martillo, acomodar la ropa con el martillo y claro, colgar ese cuadro con el martillo. 

Mi problema de hoy radica en la dificultad que tengo para revaluar el estado de las cosas, y  si bien tengo la solución en la mano, me cuesta aplicarla. Voy a pasar del mundo abstracto al material para poder explicarme, lo siguiente es un ejemplo nomás.

Me propongo cocinar una comida, un tentempié para picar antes de una verdadera comida. Son unas galletas crocantes, con un paté, un chutney de ciruelas y mermelada de duraznos. Mi idea es dejar las cuatro cosas sueltas para que la gente elija como comerlas, pero esto no es del todo cierto, yo no admito todas las combinaciones, mi idea original es una galleta crocante con paté y luego un poco o de chutney o de mermelada, cualquier otra combinación es aberrante. Pero la gente es creativa y elige lo que mejor le parece y al proponerles que armen la combinación que más les guste, hacen exactamente eso. La propuesta original cambió, ya hay otras opciones sobre la mesa y se cursan según el deseo de cada uno. 

Yo propuse, la gente consume. Esa situación va evolucionando a nuevas posibilidades, que generan nuevos problemas. Ahora que dejé un ejemplo y me siento satisfecho voy a pasar a la realidad.

Un blog

Hace años cree este blog y mi propósito era jugar en él, jugar escribiendo. Tenía por subtítulo "Boreas, Notos, Euros y Céfiros" o algo por el estilo, son los nombres que los griegos le dieron a los cuatro vientos y mi idea era que lo que publicaba estaba siendo ventilado a cuatro vientos porque al publicarse quedaba expuesto. También, originalmente, quería expresar ideas con distintas voces y darle a cada uno de esos nombres una personalidad y poder ponerme el sombrero de ellas para escribir, pero esto no progresó.

También tenía por fin ser simplemente el lugar donde publicaba mis ficciones, mis reflexiones y alguna que otra cosa más. Y con ese talante lo hacía, pero poco a poco, las otras opciones comenzaron a volver del lado de los que consumen este blog: se modificó el objetivo por fuera de mi control. Terror.

En muchísimas ocasiones escribí cosas partidas, en capítulos, pero la gente me comentaba cosas de forma aislada, unitaria. En otras ocasiones escribí barbaridades imposibles de haber sucedido sin que el mundo que me rodea se entere, pero fui interpelado por parte del foro si eso realmente me había sucedido. Escribí en ocasiones sobre la infidelidad estando en pareja, en la vida real, y me preguntaban cómo aguantaba que mi pareja me hiciera eso, yo saberlo y continuar juntos. Era algo realmente fuerte, yo depositaba ficciones sobre la mesa, pero la gente devoraba realidades.

Primero me eché la culpa de no escribir bien, al fin y al cabo eso era lo que estaba haciendo y no se entendía. Algunos comentarios externos me dejaban saber que gustaban de lo que leían y entendían que era una ficción. Esto me llevó a pensar que puede que no escriba bien, pero no tenía que ver con la interpretación de los textos. Entonces pensé en dejar instrucciones, o sea, dejar un `algo' que explicara como funcionaba la cosa y modifiqué el subtítulo a Son todas ficciones. Pero fue como dejar una receta sobre la mesa explicando cómo untar el paté, y luego cuál de los dos elementos dulces utilizar. El punto de partida no es martillar la cacerola hasta que cocine el guiso, sino dejar el martillo de lado y ver qué hacemos para que se cocine. Hay que revaluar por el camino y replantearse las cosas.

Un norte

Ayer estaba en la cocina pensando en el norte. Pensaba como esa idea funciona para tantas cosas. La primera seguramente sea la que nos da la brújula, esa herramienta que soluciona parte del problema de a dónde estamos para saber a dónde vamos. Y luego vienen muchas ideas que explotan la primigenia: tener un norte para ejecutar un plan, tener un norte para mantener una ruta, tener un norte como persona, etc. 

Pensaba en como los grupos de amigos suelen tener un norte, a veces es una persona o dos, que son una referencia fuerte de qué se hace y qué no, cómo se hace y cómo no. Otras veces el norte es una entelequia del conjunto, un simple punto de unión que define las direcciones, los sí y los no, como un equipo de futbol, el gusto por una actividad o simplemente haber compartido tiempo juntos en algún lugar que fijó ese norte y luego las trayectorias siguen definidas desde allí. Es una idea lo suficientemente larga como para publicar algo al respecto, pero no tengo donde, porque mi blog son ficciones ahora, no son más cuatro vientos.

Entonces volvió la idea original, los vientos, pero esta vez simplemente serán cosas que ponga sobre la mesa y cada uno preparará su galleta como más le guste. La gente entiende que un blog es un lugar para reflexiones personales, como esta, y no necesariamente un lugar para publicar ficciones. Pero yo quiero publicar mis ficciones, tener ese norte cuando las escribo me empuja, me pone incómodo y me lleva a masivos bloqueos que son los que me generan miles de preguntas y replanteos. Entonces tendrá que ser un mixto, pero vuelvo a caer sobre mi problema: no lo dejo fluir para poder revaluarlo, poder dejarlo ser lo que sea.

Mi blog será un blog, como cualquier otro y dejaré allí también las publicaciones de lo que vaya escribiendo. Creo que la gente va a entender lo que quiera y yo así debo dejar que sea. Estuve sosteniendo una solución a un problema que no tenía, y no buscaba la solución de aquel que sí tenía.